La frecuencia es el número de ciclos por segundo que pasan por un sitio dado. Un sonido con una sola frecuencia se denomina tono puro.

La frecuencia es una propiedad objetiva de las ondas sonoras, ya que pueden medirse con un contador de frecuencia electrónico. Pero es subjetiva la percepción que una persona tiene de la frecuencia. El cerebro interpreta escencialmente la frecuencia detectada por el oído en términos de una cualidad denominada altura. Un tono puro con una gran frecuencia se interpreta como un sonido de gran altura, mientras que un tono puro con una frecuencia pequeña se interpreta como un sonido de baja altura.

Existen distintos métodos para producir sonido de una frecuencia deseada. Por ejemplo, un sonido de 440 Hz puede crearse alimentando un altavoz con un oscilador sintonizado a esa frecuencia. También puede interrumpirse un chorro de aire mediante una rueda dentada con 44 dientes que gire a 10 revoluciones por segundo; este método se emplea en las sirenas. Los sonidos de un altavoz y una sirena de la misma frecuencia tendrán un timbre muy diferente, pero su tono será el mismo, equivalente al la situado sobre el do central en un piano. El siguiente la del piano, la nota situada una octava por encima, tiene una frecuencia de 880 Hz. Las notas situadas una y dos octavas por debajo tienen frecuencias de 220 y 110 Hz respectivamente. Por definición, una octava es el intervalo entre dos notas cuyas frecuencias tienen una relación de uno a dos.